Existen ciertos lugares que son más románticos que otros. Pero sólo unos pocos son concebidos para los enamorados al mezclar magistralmente todos los elementos que se necesitan para un viaje mágico e inolvidable. Aquí te presentamos a Paris, Venecia, Cartagena, Praga y las Islas Fiji. Escoge tu destino.
1. Paris, Francia
No hay necesidad de describir a Paris. A esta ciudad todos la conocemos ya sea por fotografías, por el cine, por frases sueltas que la nombran como la ciudad más romántica del mundo o por ese recuerdo de viaje que todo lo comprueba. París es tan intensa como sutil, tan veloz en la vida cotidiana como reposada en las tardes de bohemia, tan moderna como antigua, tan culta como popular; es tan francesa, que no se concibe a Francia sin ella. Pero París no es toda Francia, es sólo una parte de este encantador país a cuyo encuentro acuden anualmente miles de turistas.
Los lugares más románticos están marcados por el río Sena, que cruza Paris y en cuyos márgenes se fundó la ciudad hace más de 20 siglos. Un paseo en braco por el Sena ofrece una vista absolutamente mágica. Desde sus aguas ancestrales, es posible vivir con intensidad esa sensación onírica de estar atrapado en el pasado, en una especie de tarjeta postal viva que golpea con los olores, los sonidos y los colores que se perciben. Hay tres compañías que ofrecen excursiones en barco por el río de día durante casi todo el año y de noche durante el verano, cuando el clima invita a recorrer París de esta romántica manera. Los paseos duran desde una hora hasta una mañana o una tarde. Algunas naves son de gran elegancia y exigirán a sus pasajeros el uso de traje y corbata. Los precios varían de acuerdo a la calidad de la embarcación y los servicios que preste.
El río se puede recorrer también a pie, por sus orillas, encontrando entonces un fuerte contraste entre la quietud de sus aguas por un lado, y la agitación vehicular de las vías rápidas que corren paralelas al río. La mayor ventaja de hacer el recorrido a pie es que de esta forma resulta posible acceder a sus puentes en el sentido en que fueron construidos: como forma de cruce hacia el lado opuesto.
La Orilla Derecha del Sena ha sido tradicionalmente la zona burguesa de la capital francesa. Es aquí donde se localizan las boutiques más exclusivas, las joyerías más renombradas, los teatros y cines de mayor categoría y elegancia. Los Campos Elíseos son la avenida más importante y representativa de esta zona y de la vida parisina en general son esa especie de camino en el que se puede perder, por un instante, la visión de la realidad y sentirse un personaje épico, romántico, histórico o ser, sencillamente, un turista que se acerca a una cultura acogedora. Aún si solo se cruza como mero efecto de tránsito, esta avenida hipnotiza con su encanto y elegancia. De día, la belleza de sus árboles, plantados a lo largo del camino por órdenes de Catalina de Médicis, ofrece una vista natural, serena y atractiva para quienes gustan de esa extraña conjugación entre la civilización y la naturaleza. De noche, las luces que lo iluminan convierten esta zona en un espectáculo de luz, sofisticado, cosmopolita, netamente francés y absolutamente parisino. La mayor parte de esta famosa avenida está ocupada por tiendas, cines y cafés, de los cuales son mundialmente conocidas sus terrazas en donde es posible observar pasar a los demás y sentir que el tiempo no es la torturante amenaza de todos los días.
Y así como el Sena o los Campos Elíseos, otros lugares definitivamente románticos son los Jardines de Versalles, Montmartre, la Torre Eiffel o las calles adoquinadas de una ciudad sencillamente encantadora.
2. Venecia, Italia
Italia, el país romántico por excelencia, tiene a Venecia como su máximo exponente de ese ambiente perfecto para el amor. Esta ciudad, con 310.000 habitantes, está construida sobre una laguna en la que la única tierra que se pisa es la compuesta por unas 100 pequeñas islas y unos 400 puentes que cruzan los 150 canales que se convierten en calles anegadas de agua. Venecia es una ciudad de fábula, llena de monumentos y con una amplia vida cultural y artística.
La Plaza de San Marcos es un inmejorable lugar para comenzar la visita por esta ciudad de ensueño ya que es el corazón de la vida veneciana. Como pieza arquitectónica fundamental destaca la Basílica de San Marcos de estilo románico-bizantino, construida entre los siglos XI-XV. Cuenta con magníficos mosaicos con fondo de oro tanto en el interior como en el exterior. Su interior es en forma de cruz griega con tres naves separadas por columnas, sobre éstas se asientan las Galerías para Mujeres y los grandes arcos que sostienen las cúpulas. El ábside de mármol, adornado con estatuas del año 1394 de los Dalle Masegne, tiene en el centro el altar donde reposan los restos de San Marcos y detrás, la Pala d¿Oro, retablo realizado en oro con incrustaciones de piedras preciosas y esmaltes de los siglos X-XIV. Se puede visitar el Tesoro, con bellas muestras de arte bizantino de 1204 y el Museo de San Marcos, que muestra los originales y famosos caballos, pinturas del siglo XV, tapices y corales minados. El Campanario fue reconstruido en 1912 tras derrumbarse el que había de 1902 y desde la parte superior de sus 99 metros se puede disfrutar de una hermosa panorámica de la ciudad de los canales. En la base de éste, la excelente galería de mármol realizada por Sansovino en el año 1540.
Una vez visitados los principales monumentos, se puede hacer una travesía a lo largo del Gran Canal a bordo del Vaporetto y disfrutar de una inmejorable visión de la ciudad: más de 100 palacios de distintos estilos como los de Giustinian, gótico, Treves dei Bonfili, clasicista, Dario, renacentista, Da Mola, ojival, Grimani, magnífica obra de Sammichelli, Manin de Sansovini o Contarini-Dai Zaffo, renacentista; al igual que de iglesias barrocas como Santa Maria della Salute o románicas como San Samuel, edificios civiles como Ca¿Rezzonico, barroco, en cuyo interior está ubicado el Museo del Siglo XVIII, de estilo veneciano, con una curiosa muestra de objetos que abarca desde pinturas o tapices hasta marionetas y una farmacia, Ca¿del Duca con una buena colección de cerámica, el Ayuntamiento de los siglos XII-XIII, las Fábricas Viejas convertidas hoy en un mercado y las Fábricas Nuevas sede del Tribunal de Justicia o Correos, así como diferentes museos cobijados en marcos incomparables como el Museo de Historia Natural en el que se muestra sobre todo fauna marina y está situado en el Palacio Belloni Battaglia, o la Galería Internacional de Arte Moderno y el Museo Oriental, ambos en la barroca Ca Pesaro.
Tanto a bordo del Vaporeto como caminando, el Puente de Rialto ofrece un bello espectáculo. Con 48 metros de largo y 7.5 de altura este puente cuenta con tres escalinatas y varias arcadas, así como con innumerables tiendas. Es un buen sitio para, una vez recorrida la Venecia de los canales, conocer la parte que se puede visitar andando y que también ofrece lugares de interés como Santa Maria dei Miracoli de mármol de distintos colores, tanto en el interior como en el exterior, una verdadera joya del primer Renacimiento obra de los Lombardo 1489; la Scuola di San Giorgo degli Shiavoni con estupendas pinturas de Carpaccio, de 1502 a 1511, adornando la planta baja que representan la vida de San Jorge y de otros santos; el Gueto, zona en que fueron recluidos los judíos entre 1526 y 1797 con un curioso Museo de Arte Hebreo y cinco sinagogas; los Cimientos Nuevos con un paisaje realmente hermoso y desde el cual se contempla la Isla de Murano; el Museo Histórico Naval; la Scuola dei Carmini con nueve obras en tela de Tiépolo en el techo; la Virgen del Huerto, gótica del siglo XV, con pinturas de Tintoretto cuyos restos reposan en esta iglesia y el irremplazable hueco dejado por el teatro La Fenice, arrasado por el fuego en el año de 1996.
En este recorrido, no hay que olvidar los viajes en góndola. Estas hermosas embarcaciones siempre estarán listas para perderse por las aguas de esta maravillosa ciudad italiana.
3. Islas Fiji, Melanesia
El archipiélago más conocido de la Melanesia está formado por 320 islas de las que sólo un tercio están pobladas Su nombre evoca playas paradisíacas, islas de coral y complejos de lujo, y el visitante no se siente defraudado en sus expectativas, pues Fiji es eso y mucho más. Las islas mayores, de origen volcánico, tienen un interior montañoso de frondosos bosques selváticos de impactantes paisajes y pintorescos poblados. Los lagos volcánicos de aguas transparentes compiten en belleza con las aguas turquesas de las barreras de arrecife y en posibilidades de exploración y práctica de deportes.
Pero Fiji también es cultura, o mejor, mezcla de culturas: polinesios, hindúes y europeos han dado lugar a una peculiar arquitectura, lenguaje, cocina, religión y, sobre todo, un carácter hospitalario que hace al forastero sentirse en casa. Para un viaje romántico, nada como Fiji. No te arrepentirás.
4. Cartagena, Colombia
Los que han ido a Cartagena de Indias aseguran que ahí no hay que ir solo, sino en pareja. Es una encantadora ciudad amurallada colombiana de historia rica, paseos variados y fascinantes lugares. Fue fundada en 1533 y las murallas y defensas que rodean buena parte de la ciudad sumergen al visitante en la época de piratas y corsarios que se disputaban esta ciudad abundante en esmeraldas de las minas de Muzo y Chivor. La excelente hotelería permite elegir entre hoteles modernos pero con una arquitectura y diseño que le hacen honor al pasado; o también se puede pasar la noche en bungalows de la Isla Pirata, muy confortables, pero con los pies siempre en la arena de la isla frente a la ciudad.
La fortaleza de San Felipe, el pueblo pesquero de La Boquilla, las Islas del Rosario y las playas circundantes dan un espectro amplio de actividades para realizar siguiendo los pasos de García Márquez, un enamorado fiel de esta ciudad.
Lo más divertido de Cartagena es "La Chiva", ómnibus abierto pintado de colores en el que viaja una banda tocando música, recorriendo la ciudad y parando en los bares más conocidos.
Del parque de enfrente al Hotel Caribe salen coches tirados por caballos, que se pueden alquilar para hacer un romántico recorrido de una hora por la ciudad vieja. En este recorrido se pasa bajo los balcones de hierro forjado y junto a la muralla de piedra musgosa para terminar la noche bailando en alguno de los mejores lugares que ofrece la ciudad para disfrutar de la noche.
Lo mejor que pueden hacer dos enamorados es cerrar la noche con un trago en el mirador de la torre del antiguo Bodegón de la Candelaria, donde un pianista se encarga de darle un toque de magia a la noche. Mientras tanto, bajo los farolitos coloniales, el turista podrá mirar el mar imaginando historias de corsarios, galeones piratas y tesoros hundidos. Un espectáculo digno de ser vivido de cerca y en pareja.
5. Praga, República Checa
Es conocida como la ciudad más romántica de Europa del Este. El visitante se siente en ella como paseando por las páginas de un atlas de historia, unas veces por el capítulo dedicado al siglo XIV, otras por el del XVIII. Goethe llamó a Praga la 'más bonita joya de la corona del mundo'. Casi mil años antes, el mercader hebreo-judío Ibrahim Ibn Jacobla describió como una 'villa de piedra y cal'.
Dibujada en el centro de Bohemia, esta 'ciudad museo' tuvo dos épocas arquitectónicas doradas: un periodo gótico bajo el gobierno del emperador Carlos IV (del Sacro Imperio Romano) y otro barroco durante la contrarreforma de los Habsburgo. En el siglo XVIII la cultura checa fue oprimida, por lo que los dos principales arquitectos barrocos de esta época fueron dos alemanes, Christopher y Kilian Dientzenhofer.
La ciudad tiene múltiples rostros en los que se perciben tanto su historia milenaria como una sorprendente capacidad de modernización. Praga es una ciudad que conserva todo su esplendor y belleza, pese haber sido una de las últimas ciudades en ser liberadas por los aliados después de la Segunda Guerra Mundial y a pesar, también, del Socialismo real, monumental y anodino que duró cerca de 40 años. Este milagro ha sido posible gracias al espíritu libre del pueblo checo que ha sabido mantener sus costumbres y su cultura más allá de los avatares históricos. Este profundo respeto por la libertad se aprecia en el carácter de los checos y en su modo de relacionarse con los visitantes de su país, la alegría y animación son patentes en las distintas celebraciones que tienen lugar a lo largo del año, y también es patente en su cultura, los festivales de música que van desde el jazz a las piezas clásicas (funciones de teatro que incluyen innovadores avances en los que no existen las barreras idiomáticas o dramas checos), el cine que proyecta películas extranjeras subtituladas en checo entre otras muchas manifestaciones son buena prueba de ello.
Una contundente gastronomía y la deliciosa cerveza checa contribuyen a aumentar el encanto de un país que, sin duda, merece la pena recorrerse. A todos estos atractivos hay que unir el de la maravillosa naturaleza de la República Checa en la que se pueden contemplar parajes de gran belleza, montañas nevadas, lagos naturales, bosques milenarios, valles salpicados de flores de animados colores y una fauna rica y variada. Debes dejarte atrapar y sumergirte en el ensueño que tanto Praga como el resto del territorio de la República Checa produce.
Fuente: Terra Turismo
Sin duda creo que el hecho de conseguir alojamiento en la hoteleria en paris le permite a una poder ir con su pareja a una de las ciudades más románticas del mundo. Me encantaría poder ir a esa ciudad nuevamente, la cual presenta muchos lugares para visitar y conocer
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