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Nueva York.
La Nochevieja neoyorquina es una de las más famosas del mundo. Cerca de un millón de personas se congregan en Times Square para ver cómo baja la famosa bola de cristal para marcar la entrada en el nuevo año. El visitante que acuda a esta mítica plaza neoyorquina podrá disfrutar de actuaciones musicales, fuegos artificiales, espectáculos de globos, confeti, etc. Merece la pena señalar cómo se hace este confeti; A lo largo del mes de diciembre, cientos de miles de personas escriben sus deseos para el nuevo año en pequeños papelitos que luego cuelgan en un gigantesco mural. Serán estos papelitos los que luego se lanzarán desde lo alto de Times Square a modo de confeti. Otra tradición bastante sonada es la de besar a una persona del sexo opuesto para celebrar el nuevo año. Parte de la gracia de esta tradición reside en el hecho de que esta persona no tiene por qué ser tu pareja.
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Sidney.
Acudir a Sidney para celebrar la Nochevieja es, cuanto menos, original, ya que en Australia es verano en enero y los australianos acostumbran a ir a la playa a celebrar la entrada del nuevo año.
Nada más cambiar de año, los habitantes de Sidney lo celebran haciendo el mayor ruido posible: suenan las bocinas de los coches, las campanas de las iglesias, silbatos de todo tipo, etc. El espectáculo de luces y fuegos artificiales que se forma sobre la ciudad australiana no tiene desperdicio, sobre todo si se puede contemplar con el Sidney Opera House como telón de fondo.
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Hong Kong.
Destino exótico donde los haya, Hong Kong, al igual que ocurre en el resto de China, no celebra el Año Nuevo al mismo tiempo que los occidentales. Esto se debe a que esta festividad se rige por el ciclo lunar, lo que provoca que el nuevo año chino comience entre el 21 de enero y el 20 de febrero.
Los festejos de año nuevo pueden llegar a durar dos semanas. La gente llena las calles, en las que se celebran todo tipo de coloridos desfiles. Paralelamente se puede asistir a un sin fin de espectáculos pirotécnicos. El objetivo de éstos es ahuyentar a los malos espíritus y atraer así la buena suerte al nuevo año.
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Londres.
Siempre es una buena idea acudir a Londres para celebrar la Nochevieja. Los habitantes de la capital inglesa se congregan en los lugares más emblemáticos de la ciudad (Trafalgar Square, Piccadilly Circus, el Big Ben, etc;) y juntando sus brazos entonan la mítica y milenaria canción ‘Auld Lang Syne’.
Pero una Nochevieja en Londres no sería completa si no se divisa el espectáculo de fuegos artificiales que tiene lugar sobre el río Támesis. Lo organiza el ayuntamiento londinense y dura más de 10 minutos. La noche es joven en la capital inglesa, por lo que no es difícil encontrar un bar, un ‘pub’ o una discoteca en donde celebrar la entrada del nuevo año hasta altas horas de la madrugada.
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El Cairo.
Esta ciudad egipcia cada vez recibe un mayor número de turistas que acuden a ella a despedir el año que se va y a dar la bienvenida al que llega. Es costumbre celebrar la Nochevieja en restaurantes, hoteles o discotecas, entre las que destacan el ‘Club de Jazz Cairo’, el ‘Club Morocco’ o el ‘Latex’. Muy sonadas son las fiestas que se celebran en el hotel Hilton ‘The Nile’ o en el ‘Nile’ Marrito.
La población autóctona acostumbra a celebrar la entrada del nuevo año cenando junto a la familia. Para celebrar la ocasión, las mujeres visten coloridas ropas y los niños y niñas comen bombones de chocolate.
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Tokyo.
Para los japoneses, la celebración del Año Nuevo es una de las fiestas más importantes del año, por lo que la diversión está asegurada. La fiesta dura varios días y se pasa en familia.
Los japoneses tienen una concepción muy individualizada de los años, por lo que Año Nuevo es considerado como una oportunidad para empezar de cero en todos los sentidos. Por esta razón celebran fiestas llamadas ‘bonenkai’ en las que se busca dejar atrás todos los problemas y preocupaciones, olvidando los malos ratos del pasado y mirando al futuro con optimismo.
El amanecer del día 1 se contempla con especial respeto al considerarse como un símbolo del nuevo año que llega. El resto del día se vive tranquilamente y sin preocupaciones.
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Río de Janeiro.
Las celebraciones que se llevan a cabo en Río de Janeiro para festejar el año nuevo son especialmente sonadas, sobre todo si se tiene en cuenta que en Brasil es verano el 31 de diciembre.
La gente acude en masa a las playas para celebrar la fiesta del Lemanjá, la diosa del agua en el folclore brasileño, a la cual adoran lanzando al mar millones y millones de pequeñas velas flotantes. Contemplar el espectáculo que ofrecen estas velas flotando en las playas de Copacabana e Ipanema no tiene precio, por no hablar del espectáculo de fuegos artificiales que se desencadena sobre la ciudad brasileña.
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Roma.
La tradición dice que no se puede empezar el año con buen pie si no es comiendo lentejas. Por esta razón, no te extrañe ir a Roma a pasar fin de año y encontrarte con que lo único que hay para cenar es un plato de lentejas. Otra tradición típicamente italiana es la de regalar a las mujeres lencería íntima de color rojo, ya que ello supuestamente atraerá la buena suerte en el nuevo año que llega.
Obligada resulta la visita a la Plaza del Popolo, en la que se congregan miles y miles de personas durante la noche del 31 de diciembre para celebrar el año nuevo contemplando conciertos de música clásica, de rock, música de baile, etc. La misma plaza alberga al día siguiente actuaciones de juglares y acróbatas que sin duda alguna harán las delicias de los más pequeños.
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París.
Viajar a "la ciudad del amor" para celebrar el año nuevo siempre es una buena idea.
Fieles a su larga tradición vinícola, los franceses despiden el año brindando con copas de ‘champagne’ y bebiendo vino blanco y vino caliente. Un lugar al que no se puede faltar si se acude a París en Nochevieja es a la Avenida de los Campos Elíseos, en donde se congregan miles y miles de parisinos para contemplar el espectáculo de fuegos artificiales que se despliega sobre la ciudad. La celebración discurre hasta altas horas de la madrugada al ritmo que marcan los petardos y los ‘papillottes’, unos pequeños bombones de los que se desprende una pequeña explosión al quitarles el envoltorio.
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Madrid.
La capital española despide el año comiendo uvas al son de las campanadas de la céntrica Plaza del Sol. Son doce uvas las que se toman, una por cada campanada. Hay mucha gente que considera que entrar en el nuevo año vistiendo una prenda íntima de color rojo da buena suerte. Otros tantos brindan con una copa de cava con un anillo dentro. Sea como sea, lo cierto es que Madrid no para en toda la noche, y cualquiera puede encontrar un bar o discoteca en el que celebrar la entrada del año nuevo a su gusto. Cuando se hace de día, es tradición desayunar chocolate con churros.
Fuente: Fiestas.practicopedia.
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